domingo, 23 de septiembre de 2007

Personas incorregibles (parte 1)

Los que esperan y los que hacen esperar
Dora Lloret

Inevitablemente usted está en alguno de estos grupos porque hay dos maneras de llegar a una cita: a tiempo o tarde. Pero ¿qué siente usted si le digo que no tiene manera de corregir esa conducta?
He aquí los perfiles de estas dos personas. ¿Con cuál se identifica?

PERFIL DEL QUE ESPERA
1. ¿No ha notado que el dueño del local en el que usted se va a encontrar sospecha que usted está haciendo de campana para un gran robo?. Es más, ¿tiene cara de inocente? ¡peor! usted es la persona ideal para ese tipo de trabajo. Y cuando llega la persona a su encuentro usted no siente el alivio que pensaba: ¡es su cómplice!
2. Siente que todo el mundo lo está mirando, sabe que usted está esperando y que además es de esa clase de personas que esperan.
3. Usted toma de referente del tiempo que espera al señor que está en el bar de enfrente, que se dispone a desayunar. El mozo le trae el desayuno. Su referente bebe de a sorbos mientras lee el cuerpo central del diario, mastica una medialuna, la otra; ya va por los chistes... sección deportes. Usted ha aprendido que su amigo tiene la costumbre de llegar tarde y que el señor de enfrente no lee la sección económica argentina (no hace falta explicar por qué)
4. Para ser menos sospechoso, usted se para a mirar vidrieras. Pero primero debería aprender a mirar vidrieras, por ejemplo, de su amigo que lleva diez minutos retrasado a dos cuadras porque vio una campera espectacular, y una guitarra increíble, y el último cd de...
5. Un día, harto de esperar (siempre) quince minutos a su amigo, decide ir diez minutos después de la hora acordada para esperar un poco menos. Ese día su amigo llega puntual (al menos antes que usted), pero lo peor es que ¡usted se siente terrible por haberlo hecho esperar una sola vez en su vida!
6. El día que usted se levanta decidido a no pasar más ridículos, a poner las cosas en su lugar y marcar límites -empezando por su amigo- toma la drástica decisión de no esperar más de cinco minutos. Así lo hace, sin saber que su amigo llegó detrás suyo y lo esperó media hora. Seguro que usted también se sintió terriblemente dañino por lo que hizo. Pero no se preocupe, su amigo tiene las estrategias de la 1 a la 4 para vengarse de usted.

PERFIL DEL QUE HACE ESPERAR
Retrasarse cinco minutos suele ser hasta lógico: no todos los relojes están sincronizados igual. Pero tener a alguien esperándolo bajo la copiosa lluvia o lastimosos rayos de sol durante quince minutos -media hora y los pacientes crónicos hasta una hora o más- es todo un arte; y al contrario de lo que puede estar pensando, usted NO MERECE una felicitación.
Ahora veamos alguna de sus características:
1. No siente pena (salvo casos extremos) por el que lo está esperando y, generalmente, no pide disculpas porque no se considera en falta.
2. Es de caminar lento y siempre tiene nuevos comentarios sobre los detalles de antiguos edificios, una remera que va a ser boom en el verano, etc.
3. Usted tiene la dificultad innata de calcular el tiempo que puede demorar en caminar cinco cuadras y de imaginar imprevistos (que el colectivo se demore o rompa, que sea necesario caminar una cuadra extra por inundación, etc.)
4. Como los cinco minutos de demora son lógicos, usted piensa en el tiempo pasado de cinco en cinco minutos (usted no pierde el tiempo)
5. Usted es de esas desdichadas personas a la que siempre le ocurren accidentes -¡justo!- cuando iba a salir de su casa (que casualmente es la hora a la que debería haber salido para llegar a tiempo)
6. Usted sabe que todos saben que su costumbre es demorar 5+5+5... minutos. Suelen hacerle bromas e ,inclusive, a veces las inicia usted. Aún así, decide continuar con su práctica, porque sabe que los demás saben de esa costumbre.

Consejos
Al que espera:
1. Llegue puntual a una primera cita:
a) Puede que se encuentre con alguien como usted, en este caso: no haga nada para perder a esa persona.
b) Si aquel con el que se va a encontrar demora, mida el tiempo que lo hacen esperar y calcule sobre la base de 5+5+5... minutos la hora aproximada a la que va a ir a la próxima cita.
2. Si se va a encontrar con alguien que lo ha hecho esperar siempre, avísele previamente cuánto tiempo lo va a esperar y espérelo cinco minutos más de lo que le dijo (recuerde cuál es la ecuación con la que se maneja esa persona)
3. Si el que lo hace esperar es su amigo, supongo que ya le ha hecho notar su enojo. ¿Todavía no?, bueno, es hora de que lo haga (un consejito más: ser sutil sólo juega en su contra)

Al que hace esperar:
1. Si usted calcula que, comenzando a arreglarse media hora antes de la cita, va a llegar a tiempo, y llega media hora después de lo que debería haber llegado, ya tiene la ecuación perfecta: ¡comience una hora antes!
2. Usted puede ser más considerado con el que lo espera, si elige como punto de encuentro un lugar que concuerde con los gustos de esa persona. De esa manera su demora puede llegar a ser agradecida, pero no se abuse.
3. Cuando sus amigos le hacen saber que el horario de encuentro para usted es de quince minutos antes que para el resto, le están queriendo decir algo: ¡sea puntual!

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